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Los investigadores reunidos en el seminario de BIOCAPS coinciden en que estas herramientas serán la clave en el diagnóstico y el tratamiento de los tumores

Hace no muchos años se pensaba que todas las células de un cáncer eran genéticamente idénticas. Los últimos avances tecnológicos han demostrado que esto no es así. Ahora se sabe que dentro de un mismo cáncer existen distintas familias de células que comparten algunas mutaciones, pero que a su vez también presentan otras mutaciones específicas. “En definitiva, dentro de un cáncer existen varios cánceres que tratar”, resume Lorenzo Melchor, uno de los ponentes del seminario sobre genómica del cáncer organizado hoy por el Instituto de Investigación Biomédica (IBI) en el marco del proyecto BIOCAPS.

Los científicos procedentes de centros españoles y británicos reunidos esta mañana en Vigo coinciden en que las tecnologías de secuenciación genómica son las herramientas idóneas para desentrañar esa compleja red de células y mutaciones que es diferente en cada tipo de cáncer y en cada paciente. Su futura aplicación en el diagnóstico y el tratamiento permitirá el abordaje personalizado que requieren las dolencias originadas por tumores.

Esto será posible porque las tecnologías de secuenciación permiten estudiar en detalle el genoma de las células cancerosas. Dado que el cáncer es en realidad un conjunto de enfermedades genómicas, poder ver en cada paciente qué cambios son responsables de la enfermedad es clave. En una acertada analogía, Javier Herrero, coordinador del nodo de análisis de datos genómicos del UCL Cancer Institute (Londres), afirma que “si luchar contra el cáncer fuera una partida de naipes, secuenciar el genoma de cada cáncer sería como echarle un vistazo a las cartas que tiene el adversario”.

Entender las causas de cada cáncer y cómo ha podido zafarse de los mecanismos de control que existen en nuestras células es ahora el gran reto de la comunidad biomédica. En el caso de Herrero, él y su equipo están centrados en la leucemia y utilizan las técnicas de secuenciación genómica para observar las células tumorales y, sobre todo, cuáles son las resistentes a los tratamientos existentes.

Esos mecanismos de resistencia a los antitumorales son uno de los grandes caballos de batalla de los científicos. Lo sabe bien Ignacio Varela, del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria, que estudia la heterogeneidad intratumoral, término que define la presencia de diversas poblaciones celulares genéticamente distintas dentro de un mismo tumor. Han observado que estas poblaciones se relacionan entre ellas formando un ecosistema en constante evolución, donde las poblaciones más eficientes sobreviven y dominan el territorio, mientras que las menos eficientes quedan relegadas a regiones concretas del tumor. “Sin embargo, se ha visto que estas últimas probablemente sean las responsables de la generación de metástasis o las más resistentes a los tratamientos. En caso de ser así, estas poblaciones minoritarias, más difíciles de encontrar y de estudiar, son las más peligrosas para la vida del paciente”, explica Varela.

En opinión de este investigador, la aplicación de las tecnologías de secuenciación del genoma al abordaje del cáncer en la práctica clínica será determinante para diseñar la estrategia terapéutica que presenta más posibilidades de éxito para cada paciente en particular y mejorar muy significativamente su respuesta a los tratamientos. “Por una parte, permiten estudiar todo el ADN del paciente y descubrir así regiones o alteraciones nuevas que pueden tener trascendencia en cada caso concreto. Por otra, ofrecen mucha mayor sensibilidad, con la posibilidad de detectar respuestas diferentes al tratamiento en diferentes zonas del tumor”, destaca.

Darwin y la selección del cáncer

Desde el Institute of Cancer Research, Lorenzo Melchor ensaya un enfoque innovador sobre la investigación del cáncer aplicando la Teoría de la Selección de Charles Darwin para resolver preguntas sobre el origen, el desarrollo y la evolución de esta enfermedad. En concreto, él y su equipo están centrados en el mieloma o cáncer de médula ósea, que se caracteriza por el crecimiento incontrolado y la disfunción de las células plasmáticas, nuestras fábricas de anticuerpos. Hoy por hoy se trata de un cáncer incurable, con una respuesta positiva de muchos pacientes al tratamiento en una etapa inicial, pero con un posterior cuadro de resistencia que hace incontrolable su evolución.

“En los últimos cuatro años hemos demostrado que el mieloma múltiple de un paciente tiene al menos entre cuatro y cinco familias de células tumorales y hemos visto que responden de forma diferente al tratamiento”, expone. La identificación y estudio de las que son resistentes al efecto de los fármacos y que, por tanto, conducen a la recaída del paciente es ahora el objetivo prioritario. “Queda mucho por dilucidar”, apunta.

Colaboración y multidisciplinaridad

José Manuel Tubío, de la Universidad de Cambridge, explicó el papel de la iniciativa PanCancer, un esfuerzo internacional en el que participan cientos de científicos de decenas de países y que está promovido por los dos consorcios más importantes del mundo dedicados a la genómica del cáncer: el Consorcio Internacional del Cáncer (ICGC) y el Atlas del Genoma del Cáncer (TCGA). “Se trata de uno de los desafíos más interesantes en la investigación sobre esta enfermedad en el mundo. En menos de dos años pretendemos identificar todas las mutaciones genéticas presentes en más de 2.000 genomas del cáncer”, explica.

“Mi contribución a esta iniciativa es el análisis de las variantes estructurales del cáncer, es decir, el estudio de aquellas mutaciones que afectan a grandes segmentos de los cromosomas”, especifica. El éxito de esta gran apuesta bautizada con el nombre de PanCancer radica en la colaboración entre investigadores expertos en diferentes áreas de conocimiento (biólogos, matemáticos, físicos, etc.) y en la puesta en común de los datos generados, lo que permitirá contar con una gran base de conocimiento integrado sobre múltiples tipologías de cáncer y, en consecuencia, un avance más rápido y eficiente de los trabajos de investigación

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